La microcirugía derribó los índices de morbimortalidad: Mauro Loyo Varela

En la actualidad, la microcirugía es parte cotidiana de la cirugía, “no creo que haya lugar donde no se utilice, porque ha ayudado a reducir de manera importante la morbimortalidad, que llegó a ser de 50 por ciento en algunos padecimientos. Hoy es de 1.7 por ciento”, afirmó Mauro Loyo Varela, quien recibirá el próximo 8 de septiembre el Premio Scoville, el más importante que otorga la Federación Mundial de Sociedades de Neurocirugía (WFNS, por sus siglas en inglés).
La entrega del premio se realizará en el 15 Congreso Mundial de la WFNS, que se celebrará en Seúl, Corea del Sur. Junto con el mexicano también será reconocido el italiano Giovanni Broggi.
Primer latinoamericano
Primer neurocirujano de América Latina que obtiene el premio, Loyo Varela es un especialista de prestigio internacional por el diseño y creación de 53 instrumentos quirúrgicos –es autor del término instrumentos maleables–, así como de tres técnicas quirúrgicas originales en neurocirugía: abordaje combinado supra-infra selar en un solo tiempo para tumores gigantes de la hipófisis; abordaje sublabial ampliado por vía sublabial para los tumores de base de cráneo o el seno cavernoso, y aplicación de técnicas neuroquirúrgicas con instrumentos maleables en la cirugía transesfenoidal de hipófisis.
“El Scoville premio más importante que pueda tener un neurocirujano durante su actuación y el más relevante que entrega la federación al arte y las ciencias por alguien que haya hecho algo durante su vida para mejorar la neurocirugía mundial, en favor de los pacientes y de los neurocirujanos”, dijo Loyo Varela, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Loyo Varela comentó que “en la década de 1960 la neurocirugía comenzó a cambiar cuando se introdujeron técnicas microquirúrgicas, las cuales se volvieron rutinarias en Europa y Estados Unidos en esa misma década, lo que se alcanzó en México a finales de los años 70; en los 80 la práctica se generalizó. En la actualidad, las muertes por neurocirugías son menos que a consecuencia de cirugía de corazón o general”.
Evolución de la especialidad
Agregó que tanto la mejora de las técnicas de neurocirugía y la aparición de nueva y mejor instrumentación han ayudado a la evolución de la especialidad porque han permitido disminuir los tiempos quirúrgicos y las secuelas en los pacientes.
Explicó que empezó a diseñar los instrumentos en 1977 de forma rudimentaria cuando fue jefe de Servicios de Neurocirugía del Centro Médico del Seguro Social. “De ahí tuve que recorrer diferentes casas comerciales para que me permitieran trabajar y hacer los modelos experimentales; fue en Alemania donde la encontré. El primer grupo de instrumentos salió en 1982, y a partir de ese momento se comercializaron en todo el mundo. La patente ya se terminó, pero se mantiene su utilidad mundial”.
Mencionó que de las aportaciones que ha hecho a la ciencia, la que más satisfacciones le ha dado es justamente la creación de instrumentos quirúrgicos, pues lo considera una innovación que ahora se usa en la endoscopía. Hace 12 años creó una pinza flexible para aneurismas, y ahora trabaja en el diseño de un nuevo endoscopio.
Loyo Varela, quien fue secretario de Salud en Veracruz (1998 a 2004), dice que desde su época preuniversitaria le atrajo el estudio del cerebro, incluso su tesis de licenciatura en medicina fue sobre enfermedad cerebrovascular, lo que marcó su tendencia hacia la neurocirugía, campo del que pensó tenía que evolucionar, en el que había que trabajar para abatir la morbimortalidad y crear nuevas técnicas e instrumental, pues entendía que la neurocirugía tendría un futuro importante en el ramo de las especialidades médicas.
“Estudiar el cerebro fue y es un reto; los eventos cerebrales siguen siendo los mismos y nos seguimos manejando en las grandes estratificaciones de la neurología (enfermedades degenerativas, parasitarias, vasculares, tumorales, aneurismas, principalmente), pero aún se desconoce gran cantidad de las funciones del cerebro humano. Por ejemplo, desconocemos muchas cosas en siquiatría porque ocurren cambios bioquímicos que todavía no logramos encontrar en qué forman nos afectan”, concluyó.

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